Te has parado a pensar en el uso que le das a los emoticonos. ¿Los reservas sólo para el ámbito personal o los usas también dentro del laboral?
Te habrás dado cuenta de que suelo usarlos bastante, tanto en el blog como en la newsletter. Me gustan porque refuerzan el tono del mensaje, creo que ayudan a evitar malos entendidos y dan sensación de proximidad. ¿No te parece? ;)
Y precisamente por esa proximidad que dan, en los mails, no suelo usarlos hasta que tengo cierta confianza con la otra persona. De la misma forma que no uso ciertas expresiones familiares con alguien que no conozco.
Pero en el caso del blog nunca me había planteado no usarlos. Será porque me siento a escribir imaginando que hablo con una amiga, pero después de leer «¿Tienen los emoticonos cabida en el mundo de los negocios?«, de Maïder Tomasena, me he quedado un poco con la duda de si pueden resultarte molestos o no.