¡Buenas! Creo que me voy a volver a aficionar a esto de escribir los viernes. Dadas las fechas en las que estamos, para hoy tenía preparada una entrada en plan cierre de año, haciendo balance y compartiendo contigo mis propósitos para el año que viene. Pero hoy me siento feliz y lo que me pide el cuerpo es compartirlo contigo. Ya habrá tiempo de hablar de mis propósitos para el 2016, quizás en el boletín del domingo ;)
No se si te va a sonar ñoño, si pensarás que me he golpeado la cabeza, que me he fumado algo o que la falta de sueño me ha terminado de trastornar. Pero es que esta semana me estoy sintiendo especialmente bien y gran parte de esta satisfacción personal se debe a que tú estás al otro lado de la pantalla.
La verdad es que me siento muy afortunada, tengo una familia muy pesada que está ahí aún cuando no me apetece ;) Unas amigas locas (ya sabéis que os quiero un montón) que aunque pase dos meses sin verlas hacen que me sienta conectada desde el primer segundo. Un compañero/amigo/marido que me quiere y me apoya en todas mis locuras, aunque no las entienda o comparta. Un hijo que me ha cambiado los esquemas de una forma que ni en mil años me habría imaginado…
Y si ya es fantástico estar rodeada de toda esta gente que me hace sentir querida, resulta que tengo una vida virtual que me permite hacer un trabajo que me llena y que está trayendo a mi vida a un montón de gente increíble.
Por que ya no es sólo que el tener el blog me está permitiendo llevar a cabo una profesión que me plantea retos y me obliga a estar constantemente aprendiendo. Es que ahora ya no trabajo sólo detrás de un teclado picando código para que un jefe se compre un coche nuevo. Ahora trabajo ayudando a otras mujeres, como yo, que quieren algo más. Otras «frikis» que necesitan compartir con el mundo lo que llevan dentro.
Me he dado cuenta de que las palabras lectora, suscriptora y clienta ya no tienen el sentido tradicional. Cada vez con más frecuencia, tengo amigas-clientas (a falta de tener una palabra mejor) y estoy feliz de poder poner mi granito de arena en cada uno de sus proyectos.
Otra palabra que ha desaparecido de mi vocabulario es la de competencia. Después de muchos años trabajando sola, resulta que ahora tengo compañeras con las que compartir conocimientos, opiniones, proyectos e ilusiones. Es una pena que vivamos cada una en una punta porque si pudiera celebraría mi cena de navidad de empresa con vosotras ;)
Y luego está mi red de apoyo que ademas de incluir a algunas de las anteriores, también cuenta con otras personas que me enseñan, me motivan, me dan tirones de oreja para que yo mueva el culo y espabile en los momentos de bajón o simplemente comparten sus vivencias conmigo para que crezcamos juntas.
Vamos, que con todas estas ideas en la cabeza, cómo para no sentirme feliz. Y todo esto ha sido posible porque un día pulsé un botón que ponía algo así como «crear blog» y tu decidiste pasar un rato por aquí. Gracias.
Imagen destacada: Pixabay